25 septiembre 2007

Castellón: Las excavaciones de la plaza de la Hierba descubren esqueletos completos del siglo XIV

Publicado en Levante

Nacho Martín, Castelló Las excavaciones que se llevan a cabo en la plaza de la Hierba de Castelló, en el espacio que hay entre la puerta norte de la Concatedral de Santa María, el edificio de Bancaja y la Casa Abadía, han revelado la presencia de media docena de esqueletos completos ubicados en dirección este oeste y que, según los especialistas, podrían pertenecer a enterramientos habidos alrededor de la iglesia del siglo XIV, si no formaban parte del recinto de la primera parroquia de Castelló la que, según el arquitecto e historiador Vicente Traver, se levantó en el siglo XIII y en la que se juró fidelidad en el año 1288 al primer señor de la naciente villa que era el abad del monasterio de Poblet, la misma iglesia que aparece citada en las primeras ordenaciones municipales del tiempo de la reina Leonor en 1335, y que se quemó al poco tiempo.

Los esqueletos se extraen con extraordinario cuidado por los especialistas encargados de la excavación, y presentan sus osamentas completas. Al término de su trabajo diario, los arqueólogos optan por cubrir con plásticos sus hallazgos para evitar que los curiosos malogren su trabajo descomponiendo la disposición del yacimiento.

Los restos encontrados pueden ser de mucho interés y generan numerosas hipótesis respecto a su ubicación. Muchos de ellos aparecen emparejados y ello hace pensar que pudiera tratarse de familiares. Para unos especialistas los restos hallados, que indicaban una serie de inhumaciones muy bien establecidas y nada precipitadas, podrían tratarse como se ha dicho del enterramiento de la primitiva iglesia del siglo XIII, que según Traver tenía una dirección norte sur. Abonaría esta hipótesis la presencia de unos muros colindantes de muy primitiva construcción, a base de un mampuesto con bolos. Para otros podría tratarse de los enterramientos de gentes notables, de la mejor sociedad de la villa, llevados a cabo junto a la iglesia en el periodo de la peste bubónica de 1348, calamidad de cuyas resultas se llevaría cabo la primera caminata penitencial conocida al Castell Vell, origen de la romería de la que luego derivó la celebración magdalenera. Como es sabido por los textos de Vicente Traver, el primitivo cementerio de la ciudad se encontraba en el espacio que hoy ocupa el ayuntamiento y la plazuela del mercadillo colindante en la plaza Mayor.

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