13 julio 2008

'Del Mediterráneo a los Andes': una mirada al pasado y una ventana abierta al futuro

Publicado en La Verdad
Pepa García

El Museo Arqueológico de Murcia (MAM) acoge desde ayer una exposición que, bajo el título Del Mediterráneo a los Andes, pone de manifiesto la influencia de la cultura mediterránea en América y viceversa. Desde el lenguaje a los alimentos, pasando por la religión y las técnicas, las influencias de los europeos en América revolucionaron la iconografía latinoamericana y se imbricaron y adaptaron a la cultura de las milenarias civilizaciones que poblaban el Nuevo Mundo.

Ayer presentaron la muestra, que permanecerá hasta el 14 de septiembre en la sala de exposiciones temporales del MAM, el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, el presidente territorial de Caja Mediterráneo (CAM), Ángel Martínez, y el comisario y subdirector del Museo Arqueológico Nacional, Félix Jiménez. Para Ujaldón ha sido «un acierto la elección de piezas -144 en total-, que hace hincapié en la hibridación de las culturas, frente a su momificación, porque las culturas están vivas» y añadió que «estas exposiciones que miran al pasado son al mismo tiempo una ventana abierta al futuro, porque no hay que temer a la hibridación ni a la influencia de la inmigración. Si estamos abiertos al cambio, salimos beneficiados todos», dijo haciendo referencia al mestizaje de culturas que en Europa, en general, y en España, en particular, se está produciendo.

Influjos de ida y vuelta

El comisario Félix Jiménez quiso, por su parte, definir Del Mediterráneo a los Andes «con dos palabras: biunívoca, porque es un ir y venir -de influencias-; y reivindicativa, porque en esta exposición es importante resaltar la cultura de unas personas que cada vez tienen una presencia humana, económica y cultural más importante en nuestro país, ya que la cultura de la migración es hoy mucho más activa». Para el comisario, esta exposición tiene un importante componente ideológico y «es una muestra para reflexionar», afirmó, ya que «si algo tiene de particular e interesante es la simbiosis de culturas que se produce, primero en el Mediterráneo y luego, con la política colonial, en el mundo entero; y aquí lo contamos».

Con 144 piezas, procedentes de colecciones privadas (Mari Solari y Jaime Liébana) y del Museo del Traje, del Museo de La Alcudia, del Museo Arqueológico de Alicante, de la Fundación José Félix Llopis, el Museo de Artes y Tradiciones Populares de Perú y el Instituto peruano Riva Agüero, entre otras instituciones que han colaborado, la muestra ofrece primero una visión del mundo prehispánico en los Andes, así como del arte mediterráneo antes de la llegada a América, y continúa mostrando cómo las tradiciones, tanto religiosas como populares, han sido adaptadas por los habitantes de Latinoamérica a sus propias culturas. Así, las fiestas de moros y cristianos, la figura de Santiago Matamoros o San Isidro, todo lo relacionado con la tauromaquia o los animales y cultivos que llegaron a Latinoamerica de la mano de los europeos han enriquecido y mutado sus tradiciones populares y ritos hasta adoptarlos como propios, aunque con significados distintos. Así, «todo lo relativo a los moros y cristianos se ha vinculado a la conquista de América», explica Félix Jiménez, que apunta a que, junto a lo relativo a las tradiciones de Semana Santa y a los toros, fue lo que más rápido arraigó al otro lado del Atlántico.

Revolución simbólica

Entre el más de centenar de piezas que se pueden ver en la muestra, el comisario destaca «por su simbología» el óleo sobre lienzo dedicado a San Isidro, procedente de Perú y realizado en la segunda mitad del siglo XVIII, «por la enorme riqueza de la información que transmite y por la síntesis que muestra de la vida andina en aquella época, totalmente empapada de las culturas mediterráneas», aclara; y señala como especialmente interesante la Virgen de la Espera, «una virgen embarazada que es singular, porque en el Mediterráneo nunca se representa preñada, y que tiene ese encanto naïf y popular», además, su largo cuello imita al de las llamas.

En la muestra se puede observar como vasos rituales como el kero se transforman en cálices, recipientes de libaciones adquieren ornatos grecorromanos o hispánicos, figuras religiosas como los arcángeles se convierten en artilleros de la guardia divina, las canopas de piedra empiezan a realizarse en cerámica con la llegada del torno, los vidriados islámicos influyen en elementos prehispánicos como las pajchas y los animales llevados hasta Latinoamerica revolucionan el mundo simbólico andino.

Noticia completa en La Verdad

No hay comentarios: