31 marzo 2009

Guardianes de lo inmaterial

Publicado en El País
Santiago Belausteguigoitia

El patrimonio histórico de un país no sólo está formado por sus catedrales, palacios y jardines. Existe también un patrimonio inmaterial que pasa de generación en generación. Este tipo de patrimonio da forma al sentimiento de identidad de distintos grupos de personas. El patrimonio inmaterial incluye tradiciones orales, rituales y festividades, artes del espectáculo, técnicas de la artesanía o conocimientos y prácticas relacionadas con la naturaleza y el universo.

El patrimonio inmaterial de Andalucía es muy rico. Un territorio lleno de historia, por el que han pasado varias culturas y civilizaciones, cuyos artistas y artesanos se han nutrido de tradiciones y oficios milenarios, ofrece un panorama de múltiples campos de estudio y conservación. El patrimonio inmaterial de Andalucía comprende, así, viejas tradiciones, cuentos y relatos transmitidos de padres a hijos, las mil variantes del flamenco o técnicas artesanales.

La Consejería de Cultura trabaja en la protección del patrimonio inmaterial a través de diversas iniciativas. La nueva Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, que entró en vigor en 2008, dedica una especial atención a esta forma patrimonial. La antropóloga Fuensanta Plata, jefa del Departamento de Catalogación del Patrimonio Histórico, detalla algunas de las actividades que abarcan este ámbito. "Prácticas como la matanza del cerdo en la Sierra de Huelva, el Valle de Los Pedroches o la Sierra de Córdoba entran en este apartado. Los conocimientos sobre la utilización de remedios naturales de curación con plantas son otros ejemplos. Forma también parte del patrimonio inmaterial la observación de la naturaleza para conocer el tiempo. Por ejemplo, los pescadores que vivían en Doñana decían que cuando veían a los gansos y patos moverse de una forma determinada no salían a pescar porque sabían que les iba a pillar el temporal. Otros ejemplos son la Cabalgata de los Reyes Magos de Higuera de la Sierra (Huelva) o las técnicas de conservación de alimentos con orégano, pimentón, sal, manteca...", detalla Plata. Los ejemplos son innumerables: la danza de los cascabeleros de Alosno (Huelva), la carpintería de ribera en Málaga o Coria del Río (Sevilla), las expresiones verbales como los trovos de la Alpujarra, la forma de adornar las cruces de mayo...

¿Cómo se puede proteger todo este patrimonio cuyo carácter es, en muchas ocasiones, tan vaporoso? "Se protege de dos maneras. Primero, se hace un inventario. Se detectan dónde están esos bienes inmateriales y se elabora documentación sobre ellos. Así, primero se conoce y luego se protege a través de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) o como catalogación general de cualquier actividad de interés etnológico. La nueva Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía tiene como primicia que a las actividades inmateriales se les puede dotar de un ámbito de desarrollo. Catalogación general y BIC son dos figuras. La figura más potente es el BIC", comenta Plata. Cultura considera "línea prioritaria de esta legislatura el patrimonio inmaterial".

Guadalupe Ruiz, directora general de Bienes Culturales, pone un ejemplo de un BIC. "Preparamos ahora documentación para declarar BIC determinados palos del flamenco, como los verdiales de los Montes de Málaga y la escuela bolera y de baile de Sevilla. Son palos que se cantan menos, que se graban menos, que cuentan con menos aficionados y que, por tanto, requieren protección", afirma Ruiz. La directora general de Bienes Culturales pone otros ejemplos de BIC vinculados al patrimonio inmaterial, en concreto a la obra literaria de Federico García Lorca. "Estamos preparando la documentación de los lugares lorquianos. Por ejemplo, el Cortijo del Fraile, en Almería, donde se produjo el suceso que dio pie a Bodas de sangre", dice Ruiz.

La Consejería de Cultura elabora inventarios de danzas rituales masculinas, fiestas de moros y cristianos, cruces de mayo, espartería y tonelería de Almería, hornos de cal de Sevilla, bodegas de Cádiz y Huelva, pozos de nieve de Jaén y arquitectura del agua de la Sierra de Huelva, Los Vélez o Cabo de Gata, entre otros.

El valor económico de este patrimonio es "incalculable", según Plata. Ruiz señala que la inversión destinada a su preservación se hace realidad en "ayudas económicas a través de subvenciones, así como la organización de jornadas y congresos para su difusión y mantenimiento". Hacer un cálculo exacto de la inversión anual destinada al patrimonio inmaterial le resulta imposible, ya que se distribuye en distintos departamentos y áreas de la Consejería de Cultura. "Invierten en el patrimonio inmaterial la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, el Centro Andaluz de la Fotografía, el Centro de Documentación Musical de Andalucía, los museos...", afirma la directora general de Bienes Culturales.

La ley prevé cuantiosas sanciones si se atenta contra el patrimonio inmaterial. Las infracciones muy graves presentan sanciones de entre 250.000 y un millón de euros. Las graves oscilan entre 100.000 y 250.000 euros. Y las leves llegan hasta los 100.000 euros.

La protección del patrimonio inmaterial lleva aparejada una cierta sensación de melancolía. El crecimiento económico y la mejora de la calidad de vida van de la mano con la desaparición de oficios, costumbres y conocimientos. "Cuando se muere una persona que tiene un saber atesorado durante generaciones y no hay una evidencia escrita, ese saber se pierde. Tratamos de evitar eso, protegiendo ese bien", dice Ruiz. "Nadie vive hoy en chozos en Andalucía. Pero la técnica de construir un chozo en Doñana está documentada. Ya nadie vive en chozos, pero sí debemos saber que hubo andaluces que vivieron en chozos. Tiene que haber confort, pero no hay que perder la memoria", concluye Plata.

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